Después de haber estado en toy room, una discoteca normal, pues la sala del teatro magno dejaba mucho que desear, muy pequeña y parecía que era una fiesta de quinceañeros. La música me gustó y destacar el desempeño de la camarera de la barra, muy eficaz.

Los porteros de la entrada poco educados y sin empatía. Las cervezas no están muy frías y el alcohol es garrafón. La selección musical previsible. No volveremos.

La sala es horrible, una tercera planta cutre que parece sacada de una película de los años 70, sofás de polipiel, cortinas rojas y suelo de moqueta. La música horriblemente aburrida, mal elegida y mal pinchada. No volveré

Me parece una idea fantástica, totalmente repetible. Muy buen ambiente, nada masificado. Perfectamente controlados los aforos. Por poner una pega me gustó más la música que puso el DJ a primera hora. Creo que es un éxito poner música antigua remaxterizada pero un poco más actual mucho mejor.